Estrés laboral: cómo reconocerlo y qué hacer para sentirte mejor

Hoy en día, hablar de estrés laboral es cada vez más común. Reuniones interminables, exceso de trabajo, correos que no dejan de llegar… y cuando creemos que terminamos, aparece una nueva notificación en el celular.

Para conocer más sobre este tema conversamos con Manuel Infante, Coach profesional certificado, con más de 15 años de experiencia en coaching ejecutivo, especialista en comportamiento organizacional y en reducción de estrés basado en Mindfulness. Manuel ha trabajado con líderes de grandes empresas y nos compartió consejos prácticos para aprender a manejar el estrés laboral.

Según Manuel, el estrés laboral es la respuesta de nuestro cuerpo a una sobrecarga de trabajo. Aparece cuando sentimos que las demandas laborales superan nuestra capacidad de respuesta. No se trata solo de tareas pendientes: también influyen nuestras relaciones con jefes, compañeros y colaboradores.

El especialista identifica tres tipos de factores que hoy en día influyen mucho:

  • Exceso de carga laboral: demasiadas tareas en poco tiempo.
  • Estrés digital: la hiperconectividad y el exceso de información.
  • Estrés emocional: cuando nos sentimos afectados en nuestro bienestar interno.

¿Sientes que podrías estar atravesando estrés laboral? Estas son algunas señales:

  • Cansancio y agotamiento frecuente.
  • Insomnio o dificultades para dormir.
  • Dolores físicos, como tensión en el cuello o dolor de cabeza.
  • Cambios en el estado de ánimo o en la gestión de las emociones.

Ignorar el estrés puede traer consecuencias importantes:

  • Colapso o agotamiento extremo (conocido como burnout).
  • Problemas de concentración y memoria.
  • Alteraciones en el apetito.
  • Mayor ausentismo laboral.

El estrés no solo afecta nuestro rendimiento en el trabajo, sino también nuestra vida personal y familiar.

Manuel nos recomienda algunas prácticas simples que pueden ayudarnos a recuperar el equilibrio:

  • Practicar mindfulness o meditación: no se necesita nada complejo, basta con unos minutos de respiración consciente.
  • Dormir bien: el descanso es fundamental para la salud física y emocional.
  • Hablar con alguien de confianza: compartir cómo nos sentimos con un jefe, colega o amigo puede marcar la diferencia.
  • Hacer ejercicio: está demostrado que la actividad física reduce el estrés y mejora el estado de ánimo.

Si después de dos semanas los síntomas continúan o incluso empeoran, lo mejor es buscar ayuda profesional.

  • Un coach puede apoyar en la organización de metas y manejo de la presión laboral.
  • Si el estrés ya genera problemas físicos o emocionales más serios, lo ideal es acudir a un psicólogo o psicoterapeuta.
  • Como señala Manuel: “El problema no son los estresores en sí, sino la relación que tenemos con ellos. Si no disfrutamos lo que hacemos, inevitablemente el estrés aparecerá”.

En resumen, el estrés laboral puede parecer inevitable, pero con conciencia y las herramientas adecuadas es posible reducirlo y mejorar nuestra calidad de vida. Escuchar a nuestro cuerpo, cuidar el descanso, movernos más y pedir ayuda cuando la necesitamos son pasos clave para sentirnos mejor.